TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
Conozca las principales técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la Enfermedad Pilonidal.
TÉCNICA ABIERTA
La técnica más utilizada es esta, conocida como “cicatrización por segunda intención”, donde el médico retira todo el tejido y deja la herida abierta, pudiendo aproximar los bordes con puntos o no. A pesar de estar muy extendida y ofrecer resultados satisfactorios, tiene un largo tiempo de curación y bajas tasas de recurrencia.
TÉCNICA CERRADA
Este método es donde se sutura la herida, es decir, se realiza un cierre primario completo con puntos y se recomienda para pacientes activos y jóvenes. Existe controversia respecto a este procedimiento, a pesar del rápido retorno a las actividades, las tasas de recurrencia son mayores.
TÉCNICA MINORISTA
Esta es una técnica utilizada principalmente en casos recurrentes, es decir, cuando la enfermedad regresa, luego de la incisión, se reemplazan los músculos adyacentes en esta región, cortando la herida con la piel sobrante. Estéticamente es bastante insatisfactorio; por otro lado, las posibilidades de recurrencia se comparan en la literatura y las investigaciones con el método abierto.
TRATAMIENTO ENDOSCÓPICO - E.P.Si.T
Esta técnica es una aplicación natural de VAAFT, desarrollado para el tratamiento de fístulas perianales, el tratamiento de quistes pilonidales. La técnica consiste en introducir el fistuloscopio. Este material se elimina con unas pinzas de agarre de cuerpos extraños y se destruye mediante cauterización.
De esta forma se consigue limpiar todo el contenido del quiste y cauterizar sus paredes sin abrirlo.
DIODO LÁSER
La cirugía láser para extirpar un quiste pilonidal se realiza bajo anestesia e incluso es posible que el paciente regrese a casa el mismo día.
El procedimiento se realiza a través de una fibra (catéter) que se inserta en las aberturas del quiste pilonidal.
El médico especialista, el coloproctólogo, limpia en profundidad la zona, eliminando pelos y tejidos.
Luego, con la fibra láser de haz circular, cauteriza y coagula el quiste desde el interior favoreciendo su cierre.
Los quistes pilonidales pueden variar mucho de tamaño.
Algunas pueden medir hasta 10 centímetros de largo. Identificar el tamaño preciso es importante para definir la mejor técnica para cada caso.